jueves, 28 de diciembre de 2017

Evaluaciones para medir el desempeño

Una empresa exitosa se caracteriza por la calidad y competitividad de su talento humano. Para alcanzar ese nivel, es fundamental medir el desempeño de sus colaboradores, lo cual incluye evaluar las competencias requeridas para el cargo, el cumplimiento de los objetivos asignados y la ejecución de los planes de capacitación y desarrollo asignados.

Las evaluaciones de desempeño permiten cuantificar la calidad del trabajo ejecutado y el cumplimiento de las metas individuales de cada colaborador, al mismo tiempo que visibilizan sus fortalezas y las oportunidades de mejora, información que permite diseñar y poner en marcha planes de desarrollo encaminados a cerrar las brechas encontradas.
Teniendo clara la importancia de las evaluaciones de desempeño, hoy vamos a reseñar las 3 principales evaluaciones que deben tenerse en cuenta para ejecutar un proceso de este tipo en cualquier organización:

1. Competencias:
Las competencias laborales son la base de la productividad de todas las organizaciones, son las habilidades y conocimientos con los que deben contar todos sus colaboradores para desempeñar las funciones y tareas y alcanzar los objetivos propios de su cargo en el tiempo y la forma esperada.
Las competencias pueden ser de dos tipos: comportamentales, asociadas a la personalidad y necesarias para cumplir las normas de la empresa y convivir con los colegas armónicamente, y las técnicas, correspondientes a los conocimientos y practicas adecuadas para cumplir con el trabajo asignado.
La mejor forma de evaluar las competencias de su talento humano es con una evaluación 360°, en la que se involucran a todas las personas relacionadas con el evaluado y su trabajo: sus colaboradores, sus colegas, sus jefes, además de incluir su autoevaluación.
Esta evaluación implica una visión global del colaborador, se logra un mayor grado de objetividad y un panorama mucho más amplio que identifica mejor las fortalezas y las oportunidades de mejora del evaluado.

2. Metas:
Una organización sin metas individuales y globales es un barco a la deriva. Cada colaborador debe tener claramente definidas unas metas propias que le permitan crear un plan de trabajo y priorizar tareas para cumplirlas. Al final de un periodo, ya sea mensual, trimestral, semestral o anual, la evaluación del cumplimiento de los objetivos permite cuantificar el desempeño individual y global de la empresa.

3. Plan Individual de Desarrollo:
Una evaluación de desempeño proporciona la información adecuada para tomar decisiones informadas con respecto a los colaboradores de la empresa. Una de esas decisiones es la de crear planes individuales de desarrollo, los cuales permiten asignar actividades encaminadas a aprovechar las oportunidades de mejora identificadas tras la evaluación.

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